A última hora

A fin de año pasa algo curioso.
No solo cerramos pendientes: también acumulamos frases que nos decimos en silencio.

El próximo año empiezo.
En enero tiene más sentido.
Ahora no, después con más cabeza.

No siempre es falta de ganas. Muchas veces es cansancio. O la sensación de que ya no queda espacio para empezar algo nuevo cuando todo alrededor empuja a cerrar.

Por eso en diio decidimos lanzar The Rapporter ahora.
Hoy. En el último día del año.

No porque fuera el momento perfecto —de hecho, pensamos varias veces en esperar a enero—, sino porque algo de esa espera no terminaba de convencernos.

The Rapporter es nuestro newsletter editorial: un espacio para compartir ideas, experiencias y aprendizajes reales sobre conversaciones. No tips rápidos ni fórmulas cerradas, sino historias, decisiones y preguntas que aparecen cuando trabajas con personas y te importa entender por qué algunas conversaciones avanzan y otras se quedan quietas.

Hace meses queríamos empezar este newsletter. La intención estaba clara: crear un espacio honesto, sin pulir de más, para pensar procesos, vínculos y conversaciones desde la experiencia. Pero entre definir el tono, el enfoque y el primer tema, lo fuimos aplazando.

Sin darnos cuenta, llegamos a diciembre con la idea todavía en pausa.

Y ahí apareció la ironía.

"¿Y si...?"

Al mismo tiempo, en diio estábamos trabajando en un video. Queríamos que fuera simple y extraordinario a la vez. Algo rápido de hacer, pero memorable. Queríamos mostrar escenas reconocibles de la vida real de los equipos, de esas que alguien ve y piensa: esto también nos pasa a nosotros.

Pensamos que sería fácil.

El objetivo estaba claro. La idea también. Pero cuanto más pensábamos en lo que queríamos que fuera, más nos quedábamos atrapados en el cómo. En qué decir. En cómo decirlo. En si era suficiente.

El video se llamó Feedback.
La idea era absurda y simple: un escultor en la Roma antigua presenta un busto de Marco Aurelio. Los romanos opinan. Él vuelve con otra versión. Más feedback. Otra iteración. Y otra.

Hasta que el tiempo pasa.

El plano final muestra un museo en 2025. Los mismos personajes, ahora convertidos en esqueletos. La escena congelada. Una plaquita: Feedback. Como si la iteración infinita fuera una herencia cultural.

Queríamos reírnos de algo muy serio: de cómo, con la mejor intención, los equipos pueden quedarse afinando sin avanzar.

Y mientras hacíamos ese video, nos pasó exactamente eso.

Un proyecto pensado para ser ágil nos tomó más de un mes.
Un video sobre la parálisis por feedback, hecho desde la parálisis por feedback.

No todo lo que brilla es ROI

En diio solemos hablar del viaje de Shackleton a la Antártida. No como una historia épica, sino como una lección incómoda.

Shackleton tenía un objetivo enorme. No tenía todas las respuestas. Perdió el barco, quedó atrapado en el hielo y tuvo que cambiar el plan una y otra vez.

Pero nunca dejó de moverse.

Su objetivo no era cumplir una ruta perfecta, sino avanzar, adaptarse y descubrir sobre la marcha. La experiencia vino después. El aprendizaje vino después. Incluso la recompensa vino después. No todo era medible ni tenía ROI. Muchas cosas solo se entendieron caminando.

Y eso es algo que a veces olvidamos:

• no existe experiencia sin haber empezado
• no existen consejos sin alguien que antes se equivocó
• no hay claridad sin movimiento

Por eso decidimos lanzar The Rapporter ahora.
No porque esté perfecto.
No porque sea el mejor momento.

Sino porque queríamos empezarlo este año, y empezar también es una forma de cerrar.

Mandarlo igual.
Probar.
Ejecutar.